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    Juicio a Videla: uno de los acusados dijo que “cumplió órdenes en el marco de la ley”

    Se trata del ex policía Yamil Jabour, quien pidió la palabra. Luego declararon tres testigos, que señalaron a algunos de los imputados. El debate pasó a un cuarto intermedio hasta el próximo martes, fecha en la que se retomarán las testimoniales
    Juicio a Videla: uno de los acusados dijo que “cumplió órdenes en el marco de la ley”

    Este jueves se reanudó el juicio oral en Córdoba contra el ex presidente de facto Jorge Rafael Videla y otros 30 imputados por crímenes de lesa humanidad cometidos durante el último gobierno militar en esa jurisdicción.

    Antes de iniciada la audiencia, el imputado Yamil Jabour pidió la palabra y explicó la tarea que desempeñaba en el D2.

    Además dijo: “Estoy absolutamente convencido de que no estoy acusado, ni mencionado como autor de nada. Cumplía órdenes en el marco de ley y no hacía nada que no estuviera encuadrado en ese marco. La Policía no podía disponer de los traslados de los presos, sin una orden judicial. No sé cómo funcionaban los militares, yo no estaba bajo el control operacional del Tercer Cuerpo de Ejército.”

    Con relación a su función dentro de la Policía manifestó: “Sólo instruía sumarios por orden de la Justicia Federal”.

    “Me declaro inocente de todo, y tengo pruebas documentales de mi función dentro de la Policía”, concluyó.

    Además, durante la audiencia declararon tres testigos: Ingrid María Waisman, Eduardo Antonio Svaguza y Mario Angel Paredes.


    Parte de la declaración de Waisman

    Luego se presentó a declarar como testigo Ingrid María Waisman, de 64 años y de profesión médica pediatra, quien manifestó haber sido detenida en abril de 1976, hasta fines de mayo del mismo año. Dijo no reconocer a los imputados, salvo a algunos por los medios de comunicación. A continuación, parte de su declaración:

    “Un día fui a la casa de mi pareja a buscar algo. Entonces, golpeó la puerta personal policial. Estaba con mi hijo. Entraron, allanaron el domicilio  y me trasladaron al lado del Cabildo. Estuve varios días detenida en esa dependencia, nunca me dijeron por qué me habían detenido.”

    “Me vendaron y me hicieron pasar a una sala. Me desnudaron, me pusieron una bolsa en la cabeza y comenzaron a preguntarme en dónde trabajaba, dónde trabajaba mi marido, a qué organización dependía.
    Eso se repitió por varios días.”

    “Luego de unos días comenzamos a sentir unos ruidos raros dentro de la oficina y luego disparos. Después de unos días me enteré que habían matado a María Eugenia Irasusta.”

    “Los policías que estaban ahí nos manoseaban y nos trataban brutalmente. Siempre me atacaron por mi condición de judía. Me decían de todo.”

    La testigo manifestó que conoció a Diana Fidelman, pero que nunca la pudo ver porque siempre estuvo vendada. “Ella me explicó lo que era el ‘submarino seco’ y ‘submarino húmedo’, porque a ella se lo habían hecho en su paso por la D2 y la UP1. Siempre me decía que la iban a matar, hasta que luego me enteré por los diarios que había muerto en un intento de fuga.”

    “Luego de un tiempo vi llegar un militar de alto rango. No pude saber quién era, pero tengo la sospecha de que fue Menéndez.”


    Parte de la declaración de Svaguza

    El segundo testigo del día fue Eduardo Antonio Svaguza, de 64 años, de profesión mecánico automotor, querellante en la causa de su hermano José Alberto Svaguza. Con relación a los imputados manifestó que reconoce a algunos por ser personas públicas. A continuación, parte de su declaración:

    “Nunca supe el por qué de la muerte de mi hermano.”

    “Mi hermano fue detenido en setiembre de 1975, en la Ruta 9, en la ciudad de Río cuarto. Luego fue trasladado a la cárcel de Córdoba, entonces mi madre presentó un habeas corpus.”

    “Luego de unos días lo fui a visitar a la cárcel y me comentó los tormentos que sufrió en la D2, antes de llegar a la UP1. Lo golpearon brutalmente, lo encerraron desnudo en un cuarto muy reducido.”
    “Nos turnábamos con mi madre para ir a visitarlo y cada vez que volvíamos a verlo y pasaba siempre lo mismo: era llevado a la D2 y torturado de todos los modos posible. En una de las visitas me dijo que había un policía de Río Cuarto que era el encargado de las torturas dentro de la D2, un tal Gómez.”

    “Luego de un tiempo nos prohibieron entrar a la cárcel. Comenzamos a enterarnos de él por terceros. Después de un tiempo nos enteramos por la televisión de que mi hermano había muerto en un intento de fuga.”

    “Fui a retirar un certificado a la calera para poder buscar el cuerpo de mi hermano, que estaba en la Morgue del Hospital Córdoba.”

    “Cuando llegué a la Morgue, pude ver la cara de mi hermano por el vidrio del cajón, que ya estaba cerrado. Se encontraba totalmente desfigurada, producto del tiempo transcurrido y los golpes recibidos.”

    “Cuando me entregaron el certificado me advirtieron que podía suceder algo y escuché unos disparos, era todo muy peligroso.”

    “Luego de todo lo sucedido, amigos de mi hermano organizaron su velorio en una casa fúnebre. Una vez velado,  el cortejo hasta el cementerio fue custodiado por personal de la Policía, que estaba por todos lados.”
     
    “Mi familia quedo totalmente destruida luego de su muerte.”

    “Mi madre está actualmente muy mal física y psicológicamente. Tiene 88 años. Ayer le dije que venía a declarar y me dijo: ‘¿Llegaré a ver el final del por qué de la muerte de mi hijo?’”.

    “En muchas oportunidades nos realizaron innumerables allanamientos, tanto la Policía Federal como la Policía de la Provincia. No nos dejaron nada, nos robaron muchas cosas de mucho valor sentimental.”

    “Un día, en uno de los tantos allanamientos, había en casa una baldosa floja. Entonces un policía me encañonó con su pistola y me llevó con un cuchillo para que levantara la baldosa para ver si había algo escondido allí. Por supuesto, al levantarla no había nada.”
     
    “Siempre estaba presente en los allanamientos  el oficial Aspitia de la Policía de la Provincia.”


    Parte de la declaración de Paredes

    Mario Ángel Paredes, de 56 años y distribuidor de medicamentos, dijo que estuvo detenido en la UP1 hasta febrero de 1977 y luego fue trasladado a La Plata. Indicó que era militante de la Juventud Peronista y de Montoneros. Con relación a los imputados dijo que los conoce a todos por los medios de prensa. A continuación, parte de su declaración:

    “En febrero de 1976 me encontraba haciendo el servicio militar, y un día me trasladan a San José de la Quintana. Una vez en ese lugar me buscó personal de la Policía de la Provincia y me trasladaron a la D2, esposado y vendado todo el tiempo. Me realizaron una infinidad de torturas, me interrogaron constantemente durante seis días. Me hicieron firmar una supuesta declaración, que no alcancé a ver porque me golpearon en la cabeza. Luego de ésto me trasladaron a la UP1.”

    “Estuve imputado en el Juzgado Federal Nº1 por tenencias de armas de guerra y asociación ilícita, entre otras cosas.”

    “Una vez en la UP1 el trato era como el de los presos comunes. Hasta el golpe de estado, donde cambió totalmente el régimen, nos aislaron de todo. Las golpizas eran diarias, en cualquier momento del día.
    Había guardias que no nos golpeaban, pero cuando había cambio algunas eran terribles. Recuerdo que quien se destacaba en esas guardias era Jaime Clooner o cabo Pérez. Nunca nos permitió verle la cara pero era corpulento. Cuando estaba él seguro que nos daban baile.”

    El testigo manifestó en relación a la muerte de Bauducco. “Un día llegaron con una lista. Pude ver como pusieron a todos los compañeros desnudos y los golpearon duramente. Entre ellos estaban Vaca Narvaja y Bauducco.”

    “Luego de un rato escuché el disparo, porque me encontraba arriba, en otra ala del penal, y me enteré de que habían matado a Bauducco. No lo pude ver, pero por compañeros y mediante señas, supe lo que había sucedido.”

    “Lo que se decía era que el cabo Pérez le había pegado un tiro en la cabeza a Bauducco.”
     
    “A los únicos dos que recuerdo son al teniente Alsina y al cabo Pérez, por cómo se ensañaban con nosotros a la hora de las torturas.”

    “Casi siempre estaban juntos en las guardias. Las de Alsina y Pérez se caracterizaban por ser muy duras.”

    Luego de ser interrogado por alguna de las partes, el tribunal dispuso un cuarto intermedio hasta el próximo 17 de agosto, donde se continuará con la recepción de otros testimonios.


    Informe: Natalia Brusa (Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba) y José Ferrer (Tribunal Oral Federal Nº1 de Córdoba).

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